Ficha elaborada por: Juan José Montenegro Asturias,
Quinto Bachillerato, 2015, Colegio Internacional Montessori, Guatemala
Nombre completo Manuel José Arce y Valladares Nombre de pila/ pseudónimo Jorge Quiroga

Nacimiento

21 de febrero de 1907

Deceso

17 de febrero de 1970

Información biográfica

Nació en Guatemala y se mudó a España con el fin de estudiar su carrera profesional. Se casó una primera vez con Margarita Leal, con quien se divorció, y volvió a casarse con otra mujer, Lydica Pellecer.

Información académica

Estudió en el Colegio de Infantes y en el Instituto Nacional Central para Varones. Al graduarse, continuó su formación académica en la Universidad Marcelino Menéndez y Pelayo, en España.

Información profesional

Manuel José Arce desempeñó el trabajo de maestro en distintas escuelas y varios países. También trabajó como reportero en varios diarios e incluso fundó el suyo, llamado Semanario Tiempos Nuevos. Fungió como embajador de Guatemala en Colombia en 1962 y en Uruguay. En 1927, ganó el premio Flor Natural y en repetidas ocasiones (1928, 1943, 1953); también ganó el premio Certamen Cervantino en San Salvador. Recibió diversas condecoraciones; por ejemplo, Orden del Quetzal, Medalla de Oro al Mérito Nacinal de Francia, Orden Rubén Darío, entre otras.

Libros publicados

Título

Año

Género

El dolor supremo

1926

Poesía

Romances de la barriada

1938

Poesía

Epístola a la Cathólica de D. Alphonso XIII

1938

Poesía

Canto a la Antigua Ciudad de Santiago de Caballeros de Guatemala

1938

Poesía

Romancero de Yndias

1943

Poesía

 

 

15 de Septiembre

1946

Poesía

Historia del arca abierta

1947

Poesía

Introspección hispánica

1957

Poesía

 

 

Los argonautas que vuelven: cantos a España en España 1957 Poesía
Motivos colombianos 1960 Poesía
Evocación de José Batres Montúfar 1960 Poesía
Elegía del hombre 1963 Poesía
El arte dela caricatura 1963 Poesía
Sonata entre hielo y fuego 1964 Poesía
Desde fonde, canta o río 1966 Poesía
Guate maya: meditación en Tikal 1968 Poesía

Panorama de las letras salvadoreñas

1970

Poesía

 

 

Obra

El chivo

Al filo de media noche
y en una barraca lóbrega
reúnense los cofrades
junto a la mesa redonda.

Son devotos de las muelas
de Santa Apolonia.

El candil amarillento
más que luz proyecta sombras
que acentuan los perfiles
de las caras angulosas.

Sobre el paño las monedas
—ex votos a la patrona—
se mueven como agitadas
por los vientos de las frondas.

El humo de los tabacos
hace más densa la atmósfera;
barajan un refranero
acre y cortante las bocas;
la emoción pinta en los rostros
serenidades apócritas

Crece la fiebre. Los paros
a cada vuelta se doblan;
se contienen los alientos,
las manos están nerviosas...

De repente un alarido;
de una cuchillada la hoja
deja clavada una mano
sobre la mesa redonda.

 

Pobre viejo

En la covacha más triste,
profundamente amargado,
pasa sus últimos días
un pobre viejo mecánico.

El, que empezó desde niño
a ganar con su trabajo
su vida y la de los suyos,
está casi abandonado,
esperando que le traigan
por caridad, el pan diario.

Fue el obrero más antiguo,
más competente y honrado
en una fábrica, donde
sirvió más de cuarenta años.

Últimamente, vencido
por la edad, por el trabajo,
a los queridos talleres
puntual seguía llegando.

Ya era el viejo, el pobre viejo,
el viejo malhumorado,
el objeto de las burlas
de los demás operarios;
y aún seguía entre las máquinas.

Hasta que un día de en tantos,
hambrientos los engranajes
le masacraron la mano.

 

Velorio

1

En esa barraca hay muerto.
—Si pues; allí esta tendido.
¿Quién era?
—No sé; es un muchacho
que dicen que estaba tísico
y murió de tifoidea.
—Para el caso da lo mismo.
—¿Entramos a ver?
—Entremos:
aquí afuera hay mucho frío...

2

—¡Qué horror, señora! No sabe
usted cuánto lo sentimos.
—Dios se lo pague, señores.
—Fuimos tan buenos amigos.
Yo le conocí en la escuela;
él era entonces muy niño.
—Mucho tiempo trabajamos
juntos... ¡Quién iba a decirlo!
¡Era tan buen camarada!
—Si; era muy bueno mi Emilio.
—Emilio era un gran muchacho.
¡Fuimos tan buenos amigos!

3

—Otro trago.
—Muchas gracias.
Ve, viejo, ¿quién era Emilio?
—Aquel que mató don Félix
en la cantina "El Delirio"
y asesinó a la "Coyota"
para robarle un anillo
y...
—Ya sé quien era el pollo:
Emilio el "Mapache"...
—El mismo..
—Dios lo tenga a fuego lento.
—Otro trago.
—Era un bandido...
4

—Juguemos prendas, señores;
hay que animarse  un poquito.
—Mejor traigan la guitarra,
que éste canta de lo fino.
—Oigan, pues, esta tonada
que le oí al difunto Emilio:
"María, prenda del alma,

No me negués tu cariño..."

El Achimero

Sedas... pañuelos... jabones
—voceando va el achimero
lociones... perfumes... peines...
¡Toso barato y muy bueno...!

Se ha acercado a la barraca
en donde se hallan bebiendo
de nueve a diez artesanos
con tres mujeres del trueno.

Ellas redoblan sus mimos
y ellos ven al achimero
con unos ojos caníbales,
como deseando comérselo.

Pero él esta imperturbable,
como si nada, ofreciendo:
Peines... perfumes... Las mozas
inician el regateo:

—Amor, comprame unas medias.
—¡Qué lindo es ese pañuelo!
(el tal tiene unos colores
que no se soporta verlo)
Ve, comprame ese perfume
(de esos perfumes violentos
que por entre las narices
irrumpen a sangre y fuego)

Mientras más vende, el indino
más cosas sigue ofreciendo;
saca listones, aretes,
pasta dentífrica, espejos,
las letras de las canciones
que son el alma del pueblo.

Y sin alguna se le acerca
manoseando los objetos;
le dice casi al oído:
—Si la necesita, llevo
aquí la Oración del Puro...

Ella le mira en silencio,
le hace un guiño inteligente
como preguntando el precio;
le desliza unas monedas
y, en rápido escamoteo,
la hoja que él la da de oculitis
ella se guarda en los pechos.

 

Crítica

"Ese estudiante que fue inagotable en su espíritu huelguero. En ese sentido son inagotables las anéctotas salpicadas de un humor lleno de genialidad, a veces muy fino a veces terrible, que recuerdan todos sus amigos en las distintas épocas de su vida. Precisamente esto implica otra de sus cualidades inolvidables, tenía una capacidad extraordinaria para hacer amistades, sin importar condiciones sociales y económicas, sin importar el oficio y la edad. Eso en gran parte se debía a que era un platicador incansable, un imaginativo conversador que emprendía diálogo con facilidad sobre cualquier cosa de la vida cotidiana".

Crítica realizada por un autor anónimo en el sitio web Libre Encuentro (http://libreencuetro.com/autores-guatemaltecos-a/)

 

Manuel José Arce y Valladares fue un gran poeta guatemalteco. A través de sus obras logró expresar su amor por Guatemala y su preocupación por el tipo de sociedad que habitaba este hermoso país. Sus textos reflejan su disgusto hacia la indiferencia por la muerte, por la pobresa, por la indiferencia de la población hacia los problemas nacionales. En fin, considero a Arce y Valladares un poeta muy correcto y sensible, con una visión optimista de un futuro mejor.

Fuentes
Anónimo. (29 de abril de 2014). WikiGuate. Recuperado el 4 de febrero de 2015, de http://wikiguate.com.gt/wiki/Jos%C3%A9_Manuel_Arce_y_Valladares
Escobedo, J. C. (28 de mayo de 2006). Literatura Guatemalteca. Recuperado el 4 de febrero de 2015, de http://www.literaturaguatemalteca.org/arceyv.html
Méndez, F. A., & Álvarez, J. (s.f.). Diccionario de Autores y Críticos Literarios de Guatemala. En F. A. Méndez, & J. Álvarez, Diccionario de Autores y Críticos Literarios de Guatemala. Ciudad de GUatemala: La Tatuana.