Ficha elaborada por: Francesca von Ahn Saragó, Quinto Bachillerato, 2015, Colegio Internacional Montessori, Guatemala
Nombre completo Alfredo Balsells Rivera

Nacimiento

Guatemala, 10 de junio de 1904

Deceso

11 de octubre de 1950

Información biográfica

Estuvo con Josefina Jop, tuvo dos hijos, llamados Alfredo, abogado, y Fernando, periodista. Vivió en Francia y en México.

Información académica

Vivió en Europa, en donde se relacionó con el movimiento literario creado por Blaise Cendrars, Jean Cocteau, Tristán Tzara, Filippo Tommaso Marinetti. Deja a un lado el periodismo y se convierte en poeta y narrador.

Información profesional

Trabajó en los diarios El Imparcial, El Liberal Progresista y El Excélsior. Fue considerado el mejor autor de relatos criollos de Guatemala, cronista de mérito sobresaliente y el poeta que mejor recogió la hora tempestuosa de las vanguardias europeas.

Libros publicados

Título

Año

Editorial

País

Género

La sonrisa provincial

1948

Universidad de San Carlos de Guatemala

Guatemala

Cuento

El venadeado

1948

Universidad de San Carlos de Guatemala

Guatemala

Cuento

Barajada

1948

Universidad de San Carlos de Guatemala

Guatemala

Cuento

El vidrio roto

1948

Universidad de San Carlos de Guatemala

Guatemala

Cuento

Duermevela

1948

Óscar de León Palacios

Guatemala

Poesía

Obra

Estadio

El músculo es un arco tenso
que mide distancias desde Atenas
hasta el Madison Square Garden
y que rompe su alboroto de fibras
sobre la cabeza histórica del mundo.

Blanca elipse helénica clavada
en el corazón de los hombres jóvenes.

Cruzan panoramas retrospectivos,
y a través del tiempo y del espacio
se abren viejas cajas de juguetes
con muñecos nuevos.

¡Estadio vigoroso y claro!
¡Herradura de la buena suerte!

Yo quisiera que mis mejores versos
Se escribieran sobre la arena caliente
En que se baten los récords de cien metros.
Quisiera lanzar mis metáforas
Clavadas en la punta de las jabalinas.
Quisiera sentir el poema ágil
En el vértice del triple salto
Y lanzar con fuerza de campeón olímpico
Mis manojos de palabras.

Se me aligera el tiempo en compañía
De los taumaturgos del músculo.
En el estadio se trenzan
Las ideas ejecutivas del mundo,
Y cada nuevo esfuerzo físico
Repercute en ecos profundos
En los cuatro puntos cardinales de lo contemporáneo.
Vivimos batiendo nuestros propios récords.
Se abren pistas nuevas todas las mañanas.
Somos un tropel de atletas corriendo
Hacia la meta difícil de los horizontes.
Y ni tú, campeón de bíceps formidables,
Ni yo, soñador arrinconado en el desván de lo inútil,
sabremos hasta dónde llegará tu fuerza
y hasta dónde llegará mi sueño.
Démonos un abrazo a través del estadio
¡Tiéndeme tu mano fuerte y siente cómo palpita en ella
El haz luminoso de mis nervios.

 

SIN PALABRAS

Te he conocido tarde
Porque los puentes del destino son muy largos
Y ya no hay elevadores
Que conduzcan del purgatorio al cielo.

Llegaste a mí como un retrato sin dedicatoria.

Mis fríos brazos de náufrago
No pudieron alcanzarte.

¡Mujer a quien nunca he dicho que la quiero!

 

EL VENDEDOR DE RECUERDOS

Con las manos apretadas sobre los años
Y el corazón tatuado de nostalgia
Ha pasado esta tarde el vendedor de recuerdos.

-¡Recuerdos, recuerdos! ¿Quién me compra recuerdos?
Saltando como peces espantados
Desfilaron en el contraluz del crepúsculo
Las siluetas rojizas de los días,
Y a lo largo del tiempo caracolas antiguas
Arrastraron canciones hilvanadas en sombra.

Puñados de vidas están sobre la vida
Al pasar esta tarde el vendedor de recuerdos.

¡Mujeres y paisajes a tantos centavos la docena!
Nombres tan conocidos que al caer rebotando por las calles
Me dolieron como dedos cortados.
Abalorios ya inútiles y lentejuelas de segunda mano
Hemorragia sobre la tarde recién salida de la lavandería.

-¡Cómpreme estos recuerdos! Mire… se los doy baratos…
Recuerdos en miniatura para la novia
Y recuerdos picarescos para los amigos.
Recuerdos para los que quieran estar tristes
Y para los que pidan alegría.
Recuerdos pirotécnicos que habrán de estallar mañana
Y recuerdos de sorpresa para las mujeres
¡Máscaras, almanaques, panoramas!

Quise comprar tantos recuerdos
Que al cabo de un rato me quedé con las manos vacías.
En mi cuarto danzaban bailarinas de humo
Y las voces del tiempo gritaban palabras agitadas.

Más allá de mí cuarto y de la calle,
Caminando en línea recta hacia el olvido,
El extraño vendedor de recuerdos
Se alejaba con toda emoción en los bolsillos.

 

SUEÑOS

A veces tengo sueños imposibles.

Desfilan por mí alcoba visiones de paisajes tan lejanos
Que su misma distancia
Los llena de brumas y les cataloga
en itinerarios sin horas ni rutas.

Estepas llenas de mujiks beodos,
Temblorosos, barbudos, insaciables,
Arropándose verticalmente
En la sábana blanca del invierno.

Ríos sagrados, donde las pagodas
Reflejadas se dejan devorar
Por los caimanes.
Fakires dormidos
en la arena sin fin de los desiertos.
Vientres morenos, de bayaderas litúrgicas,
Congestionadas
En una hiperestesia de lujuria
Y de vértigo.

Meditabundos desfiles
De camellos que llevan todavía
Sobre sus gibas el tesoro falso
De los tres reyes magos.

Egipto.
Calcuta.
Singapur.
Tokio.
Constantinopla.

Yo he trazado las líneas de vapores
Que enhebran sus costas fabulosas,
Y he atado con mis manos
Incansables
El haz de sus caminos
Y de sus ferrocarriles.

Mi alcoba es un caleidoscopio
De recuerdos subjetivos.

Hasta que una noche despierte sonámbulo
A lomos de un elefante
Y clave en sus colmillos
El recibo cancelado
De mis sueños imposibles…

 

EL HIJO

Te he sentido tan tierno entre mis brazos endurecidos
Que mi fuerza está asombrada de saberte ya una cosa suya.
¡Pelotita de sueño!
¡Dolorcito sin palabras!

El mundo lo ha habitado una sola cara, que es la de tu madre,
Pero ya empiezan a parecer a tu alrededor los gigantes.
Narices cmo chimeneas y cabezas mapamundis,
Que asoman a tus ojos color de agua mansa.
Y tú te ríes, ríes, con la boca abierta en una gran O mayúscula,
Letra capitular de tus futuras carcajadas.
¡Ojalá rieras siempre, humano secretito incomprensible!
No conoces aún los colores, ni la forma, ni las dimensiones.
Y no te importan tampoco.
Mira, para ejemplo:
Aquellos pelos duros como postres de telégrafo son los del viejo amigo de la casa,
El que te trajo el chinchín de plata y la mantilla celeste.
Es bueno que lo conozcas bien y que lo quieras.
Sus pelos no hacen nada. O si acaso cosquillas.
Él me ha dicho esta mañana ¡Si yo hubiera tenido un hijo!
¿Lo ves? Pero tú no sabes nada de estas cosas…
Prefiero seguir contigo e tu mundo antidimensional y blanco.
¿Qué es lo que piensas? ¿No podrías decírmelo? Sólo a mí…
Anda. Prueba un poquito…
¿Te ríes otra vez? Bueno, riamos juntos.
Pero no pienses que todos van a ser como este amigo de la casa,
El de los pelos, el que trajo el chinchín.
Sábelo ya: son malos los gigantes.
Ya no se contentan con comerse a los niños, como dice tu madre.
No creas esas cosas, ¡se comen entre ellos mismos!
Cuando tu vida se aclare en el color y la forma
Verás que los gigantes se vuelven enanos contrahechos
Y que dan mordiscos en la espalda, como perros con rabia.
¡Vamos! No tengas miedo. No es para tanto.
No hagas esos pucheros que atormentan tu carita redonda.
¡Mira! ¡Fíjate en esa palomita de resortes! Ya pasó todo…
Tal vez los gigantes no sean tan malos como yo pienso
Y la vida está encerrada en esa caja de cuetos bonitos que prepara tu madre.
Alegra tus ojitos de agua dulce. Mueve tus manecitas tiernas.
Así, para arriba, lanzando mandobles sobre las cabezotas-,mapamudis.
No volveré a contarte un cuento amargo. ¡Lo prometo!

Crítica

“Cronista de mérito sobresaliente porque dejó impresas en las páginas la huella de un guatemaltequismo esencial expresado en limpio español y sin recargos folklóricos o prejuicios raciales”.

César Brañas

En mi opinión, Balsells escribe con una seguridad asombrosa. Tiene muy claro lo que piensa de la sociedad y de cómo debería de ser, como en el poema El hijo habla de los adultos siendo unos hipócritas que carecen de dulzura, felicidad y honestidad. Ecribe de una manera muy sutil y fácil de entender para el lector, aunque tiende a escribir lo que piensa, literalmente, cuando quiere y soltar sus ideas por todo el texto. Para mí, sus palabras se leen con sinceridad. No se evidencia engaño alguno o para apreciar a la sociedad y eso exactamente es lo que me gusta; porque es diferente, honesto y profundo.

Fuentes