Ficha elaborada por: Laura Diaz Petta, Quinto Bachillerato, 2015, Colegio Internacional Montessori, Guatemala
Nombre completo Juan Pablo Dardón Pereira

Nacimiento

Guatemala, 27 de marzo de 1976

Deceso

 

Información biográfica

Vive en la Ciudad de Guatemala con su hijo de 13 años, le gusta concinar, hacer natación y leer. Actualmente está trabajando en una nueva novela.

Información académica

Estudió Ingeniería mecánica, Filosofía, Literatura y Persiodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Información profesional

Trabajó en Siglo21, donde escribía una columna llamada El Manual de la Noche. Escribe para varias revistas en América y Europa.

Libros publicados

Título

Año

Editorial

País

Género

Breves Conversaciones de la Sicosis

2006

Editorial Cultura

Guatemala

Poesía

Los Poemas de Sam

2008

Libros Mínimos

Guatemala

Poesía

El Encanto del Hielo

2010

Editorial Catafixia

Guatemala

Poesía

Fe de Rata

2013

Editorial Punto de Lectura

Guatemala

Crónica

Obra

Gotera
(Tomado de: Poemas de Sam)
Tengo sueño
Una gotera rebota en la casa
La gata mira
Se acicala
Espera que me duerma
Para comer los restos de la cena

Afuera
Los amigos platican
Y pienso en mi hijo llorando
Mientras le canto
Esa canción que necesita

Para qué
Si soy de los kilómetros
Y del diccionario
Si soy de la violencia

Dice la gata
Nunca lo entenderíamos sam
La música de las putas como tararean
La misma melodía del hastío
Como lloran sam
Las putas
Cuando recuerdan aquel amor
Y se quietan la falda y los zapatos
Enseñan los senos
Frente a un poeta
Que hace de los números el sueldo
Y contrata la tristeza
Y los tacones
De las putas
Sam


Amor
(Tomado de: Poemas de Sam)
Siempre pensamos en llegar a países
Tan lejanos como Islandia
Caminar descampados y calles
Donde encontraríamos los viejos motivos del amor
Donde crecería humanidad de los manzanos
Y darnos un beso bajo la nieve
Fuera la nostalgia de este humo
Fueran los sueños de aquel niño nuestro
Que gravita con las palomillas de un farol
Esta noche
Hoy sobre todo lo vivido extraño a la milanesa
La carne envuelta en gloria mantuvo mis días unidos
Cuando llovía había milanesa y el frío se iba
O cuando sacaba malas notas
Luego de los golpes del padre había milanesa
Ahora pienso que esa carne es como una retribución
A los años pasados

Desde ahora prometo que cada vez que tenga tristeza
Pensaré en la milanesa como la sabiduría de la felicidad
Y cada vez que coma cereal en el día me acordaré de ella
Y cada vez que pierda en la apuesta un manojo de billetes y vida
Me acordaré de mi vieja caminando de la cocina a la mesa
Con el plato humeando el puré de papas y milanesa
Mientras yo me trago las lágrimas con naranjadas y prometo
Que el mundo será mi próxima carne sin golpes y libros a pesar
De mis malas calificaciones

 


Puentes
(Tomado de: Poemas de Sam)
Hay puentes hermosos en el mundo
Heladeros con miedo a la lluvia
Plantaciones de tabaco
Miles de partos de gata

Fumar en los hospitales
Es la revolución necesaria
Así la política sería objeto más real
Que el dolor de los postrados

Alguna vez vi a un niño llorar en el circo
Y un barrilete cortarse del mundo
Y despegar

Toda la ciudad debería nacer de un puente
Y debería quitarse el sombrero
Ante las caravanas de la risa y el miedo

Lo intentaremos sam
Volver
A nuestras bahías
De felicidad

Aun sabiendo
Que ciertas tierras
Desaparecen

Se vuelven agua

Persiguen el rastro
De las Atlántidas
El aroma
Que deja lo perdido

Mi voz y tus uñas
Bastan

Yo pensaba que las montañas
Guardaban los restos
De los dinosaurios

Que debajo de la tierra
Y los árboles
Dormían las bestias
De las parsimonsia

Se durmieron un día
Y les crecieron del lomo
El reino de  los vegetales
Y de la tierra

Nunca imaginé la violencia
Del meteorito
Ni del conocimiento

Ese día
Las montañas todas
Dejaron de hablarme

La masturbación
Podría ser un buen oficio

Las escuelas deberían de enseñar
A masturbarse a todos
Y jurar
Que la combinación de un lápiz
Y un cuaderno
Provoca acné
Pelos en la palma de la mano
Censura divina
Y locura

De la más insolente
Y grandiosa locura

 


Hormigas
(Tomado de: Poemas de Sam)
Si pudieras leer
Que leerías en tus horas de sol
Cuando las hormigas
Hacen caminos
De tu sombra

Te cambiaría la mirada
Harías del llanto tus desayunos
Serías exigente con los novios
Suspirarías?

La delicia
Te aconsejo
Es leer cada hoja impresa
Tirada en la calle
Porque de ellas es
La patente del lenguaje

Aprendé a leer
Y entenderás mejor
La carrera
De tus ratones

Tengo música
Cartas de amor que escribir
Tengo ojos para seguir a las moscas
Hasta matarlas de insistencia

Tengo dos horas y media
Para seguir leyendo
Y entonces el mundo se encenderá
Y seré el más obediente y comedido
Exilado
Que jamás haya pisado
Este planeta



La Cama
(Tomado de: Poemas de Sam)
Otro día
La misma casa
La cama es un mar de invierno
Comunidades de basura
Aviones y moscas
El irrespeto de las horas
La estaticidad de los libros invita al sueño
La gata frotando el lomo
Diciendo este castillo de bajezas es mío
Everests de ropa sucia
Y la pared
Donde cuelgo los concursos perdidos
Acusa mis días

Que se repiten
Una y otra vez

Ver a una mujer desnuda
Es saber que la muerte existe
Sam

¿pensaras en morirte ahora
trepada en la silla
con ojos de tonta y sueño?

La muerte no usa vestido
Y me la voy a coger
Cuando venga por mi

Ahora sabemos sam
Que la muerte
Viene de lo que deseamos

La tuya te aseguro
Vendrá en forma de comida

Cométela a la muerte sam
Que me alcanza

Crítica

"Niños y niñas, señores y señoras, magos, aliens, fantasmas, personajes de la televisión, superhéroes, borrachos nihilistas, jóvenes, amas de casa, trotamundos, tengo en mis manos un libro que se presenta con una sonrisa y una mueca desarticulada en nostalgia, los dos rostros del teatro, está linda comedia humana.

Es el libro Fe de Rata, uno de los grandes aciertos, sin temor ni pavor a equivocarme, un libro de viaje para reírse en carretera o tomarse un café en una tarde nublada, en una mañana a solas antes del desayuno y luego un tráfico maldito.
Qué les puedo decir, a mí que me gustan las antologías, los libros que son puertas y ventanas, el Decamerón o Las mil y una noches, he acá nuestro nuevo cronista que ha hecho estos nuevos cuentos de Canterbury, esta selección virtual que más parece en nuevo Moby Dick que se alza a plena mar desde las profundidades del submundo tecno de los blogs.
Empecé hablando de una colonia llamada la Reformita, porque por esos rumbos fue donde conocí al autor de tal broma infinita, Juan Pablo Dardón. Y acá en un café frente al mercado de esta colonia espontánea, estoy leyendo en este momento “Dragón Ball Z se cambia de casa”, y es lo mismo que si viera dentro de otro espejo, pues Juan Pablo cuenta que es un escritor que mientras escribe ve la televisión (ya ven, a uno le gusta tratar de meter la realidad, pero se escapa, es lo mismo decir que mientras termino de escribir esta última línea, el portero de Municipal acaba de salvarse de un tentativo gol en un juego contra Heredia en el campo del Trébol). En esta colonia es fácil leer. No sé porque muchos dicen que es una zona roja, si igual todas las noches en todos lados disparan al aire.

Para mí un buen libro es un libro que entretiene enseñando, y enseñando cosas prácticas de la vida y de la muerte, porque por cierto, la muerte es una cosa viva y hay que conocer sus transformaciones, para alejarse uno de ellas o acercarse, según el caso. Juan Pablo la menciona muchas veces, porque esta engolosinado con la vida. Su libro enseña amenizando y divierte enseñando, no es un simple juego de palabras, en realidad lo viví yo mismo cuando todavía disfrutaba de la inocencia post-niñez, allá por el año de 1991. El libro grandioso se llamaba Notas de Prensa 1980-1984 de un bigotudo con cara de argelino, que se terminó ganando el premio Nóbel con tanta casaca, Gabriel García Márquez. Pero ese libro era una miscelánea en la que uno aprendía de todo, desde política internacional hasta qué comer en la costa Caribe, cómo saludar a un embajador o cómo comportarse en el velorio más humilde de los cachacos. Márquez no era tan sincero como todos creíamos, habría que leer a Tom Wolfe a Regis Debray, a Capote o Mario Puzo, en fin, no puedo negar que ese libro fue para mí una revelación que me iba a meter a escribir para siempre, por el solo gusto de contarme a mí mismo de nuevo el truco feliz que es estar vivo. Y eso es lo que se respira en el libro de Juan Pablo, la mera vida.

Por eso, ahora que tengo en mis manos este libro de Juan Pablo, recuerdo que fue en La Reformita, en los helados Pops, donde platicamos sobre un texto que también está entre los elegidos. El todavía no se casaba y yo estaba platicando con mi futura exnovia. Dónde más iba a ser, sino en esa Sin City donde en cada vuelta hay una cantina o un Punto, no de Lectura, sino de otra vaina más nevada. Allí en medio de esa costra que es y será esa colonia al margen he leído su último libro.
Para la entrega del mismo, me conmovió, nos crispó a todos, con una carta para su hijo. Es evidente que algunos nacen con un don, este muchacho que andaba por los tejados una noche de Navidad rescatando gatos, muy ebrio de vino y pasión, hoy se debe sentir muy tranquilo, ya que pasó el sonido y la furia; el mar, que ahora tiene cerca, ya sin sirenas varadas, sino con una legión de promesas, que lo abrazan, comenzando desde este texto avalancha.

Escenario I/ La reformita
Hace aproximadamente cinco años llegué a vivir a la colonia La Reformita. Es una colonia que me recuerda a la zona cinco. Pero además es una zona intermedia llena de estudiantes del interior, que llegan a la ciudad con una gran curiosidad y con más coraje espontáneo, que con una clara idea de lo que están empezando a vivir. Pues ahí empecé a vivir y la elegí porque me quedaba cerca la universidad, pero cualquiera que me conozca encontrará sospechosa esa explicación. En realidad quería vivir en una zona que fuera como una capsula del tiempo y esta lo es, me remite a mí niñez. Lo que no sabía era que la colonia, sus callecitas y mis vecinos, mercados y tienditas, iban a superar mis expectativas.
Yo ya había vivido en la zona 1 y a diferencia de muchos poetas y pintores que conozco a mí la zona uno me pareció una desolada tierra maldita. Me levantaba por las mañanas y me iba a sentar a la fuente del Parque Central con un manual que había editado la Cooperación Española para conocer todos los edificios emblemáticos. En el fondo la zona 1 es un lugar distante dentro de todas las colonias a donde ha ido emigrando la gran mayoría de personas del interior. Donde siempre se me vino la idea navideña de un Santa Claus tratando de ser muy amable en la puerta de un comercial de ropa de vestir; tratando de sonreír, y tratando de imaginar ser norteamericano y de paso encantar a los niños prometiéndoles de todo lo que jamás les podría dar. Eso es la zona 1, es el interior de una ciudad fantasma, donde hay cien casas abandonadas en los alrededores según la municipalidad.
Pero La Reformita se volvió eso que todavía hoy sorprende. Se volvió el lugar donde he vivido más tiempo, he escrito y leído a pesar de todo, que con el tiempo se ha vuelto un lugar milagroso. He tenido la suerte de tener alrededor gente amable. Una suerte de casera misteriosamente comprensiva con mis horarios y con mis fechas de pago. Solo una vez la vi seria y me preguntó con toda la sincera complicidad de sus años:
- ¿Hey usted, dígame la verdad, de qué trabaja?
- Soy escritor – le dije.

- Ha, menos mal –me dijo y yo me quede riéndome conmigo mismo de la diferencia tan reducida que hay en esa vida liberal entre los bandidos y los poetas. Pero no, soy tan noble que no mato ni a una mosca y me gustan las mariposas traicioneras, los conciertos de grillos y ver las estrellas como idiota. En el fondo de esa colonia hay un excelso amor secreto, como esa línea fronteriza entre la realidad y la fantasía. Y acá es donde leo Fe de Rata, el libro.

 

El escenario II/ La presentación
Yo iba a la Alianza Francesa con la plena certeza de que iba a salir riéndome de las ocurrencias de Juan Pablo Dardón que ya tiene una ganada fama de cínico y extravagante. Pero no fue así. A veces valen la pena estas presentaciones de libros. No siempre son esas rancias conversaciones sobre el origen arcaico de la palabra en las cuevas de Altamira hasta la entorchada obra que se presenta y se vende como la última novedad del cosmos. Este final fue tan bueno que más de alguno hubiera pensado que se había ensayado.
El libro presentado fue Fe De Rata, un blog hecho libro, algo histórico según lo demuestra el hecho original de Punto de Lectura de ir a la inversa, de lo digital a libro impreso. Toda una celebración a la que asistí desde la tercera fila del salón de exposiciones de la maravillosa Alianza Francesa. Allí rodeados de la Querida Familia, una exposición que cierra hasta el 31 de Octubre, pudimos oír los comentarios de Trudy Mercadal y Francisco Alejandro Méndez. Un muchacho al lado mío jugaba Candy Crush si ponerle atención a nada más que a esos movimientos desde su Mini-Tablet, mientras yo hojeaba el libro que me parece una miscelánea entretenidísima, tan diversa que se puede empezar a leer con la plena libertad del azar. Es pues, un libro de viaje, entretenido, que en momentos dice certezas poéticas que solo la ternura de la mente comprende. Así como dijo Trudy también se vuelve un libro histórico, un libro con pequeños cortometrajes de cierta contemporaneidad explosiva.
Francisco Alejandro Méndez me pareció un maestro en la historia de la crónica en Guatemala y fue más allá, habló de que el primer blogger fue Cristóbal Colón, ojos y oídos de los Reyes de España; pasando por Bernal Díaz del Castillo hasta llegar a Enrique Gómez Carrillo y sus crónicas de viajes. Habló del periodismo y en un momento nos trajo a la realidad de que fue cierto lo pronosticado por Humberto Eco, que el libro no pasará de moda.

Juan Pablo abordó el tema viendo desde su silla al último asiento. Leyó algo importante que sacó de algún lugar cerca de su asiento, una hoja de papel bond, blanca, pálida y doblada en cuatro que fue desdoblando conforme iba contando quién era la autora, Clarise Lispector. En ese momento me di cuenta que estaba hablando en serio. Lo demás fue épico, un ataque de tos después de terminar el último trago de vino, que estalló en una carcajada del público cuando Alejandro Méndez le ofreció un embase de licor de esos metálicos que llevan a menudo los periodista de nota roja en las películas de matones. Me imaginé a los dos cuando se conocieron en un Kareoke, pero ya no me pude reír, había empezado la tierna carta que le escribió a su hijo para su cumpleaños, una carta tan aguda como la hoja de papel que corta con su filo hábil y delgado, hasta el final, cuando se levantó a darle un abrazo a su hijo que sollozaba como todos, unos más visibles que otros, en esa sala donde resonó un largo aplauso".


(Lester Oliveros Ramirez, 13 de enero 2014)

Fuentes

Bibliografía

Dardón, Juan Pablo. Facebook. s.f. 27 de Enero de 2015 <https://www.facebook.com/juanpablodardon/info?tab=page_info>.
Mistiodelitertura. 12 de Abril de 2012. 22 de Enero de 2014 <https://misitiodeliteratura.wordpress.com/2012/04/12/simon-bergano-y-villegas/>.

Ramirez, L. O. (13 de Enero de 2014). FE DE RATA/ Juan Pablo Dardón. Recuperado el 25 de Marzo de 2015, de Mis libros guatemaltecos reseñas y recomendaciones: http://mislibrosguatemaltecos.blogspot.com/2014/01/fe-de-rata-juan-pablo-dardon.html