Está casado con la poeta y editora Carmen Lucia Alvarado. |
Luis Mendez Salinas estudió Arqueologçia en la Universidad de San Carlos de Guatemala. |
Ha generado grandes obras y trabajos arqueologicos al igual que ha tenido gran experiencia editorial. Entre sus trabajos arquelogicos, se encuentran excavaciones en el sitio arqueologico Naranjo, Guatemala, entre muchos otros. Es fundador y actual director del proyecto editorial de poesía latinoamericana contemporanea Catafixia editorial. |
..antes, antes, muy antes;
cuando la soledad
no enfriaba todavía
y era el mundo un mar
de llamas negras y silencio;
cuando los embriones cristales mudos eran
que soñaron sus siluetas
reflejándose
en espejos invisibles;
cuando todo estaba quieto
y florecía el horizonte como un pliegue
que se oculta entre una
y otra nada;
antes:
cuando las estrellas
eran sueños de la luz colgándose
en los párpados del cielo;
cuando el amor y la muerte
se fundían en la misma nube gris
del deseo, y los corazones
no empezaban su murmullo;
cuando todo era blando
y ni las caracolas se atrevían
a engullir la humedad
de los sonidos;
flores de luz tranquila despiertan a lo lejos
y
el espacio –enrojecido–
——–arde;
hay una multitud de cuerpos
que son ojos inclinándose
ante el cielo que se aclara:
en sus rostros está el tiempo
y la ceniza, en sus vientres
nace el sol y la humedad,
en sus manos está el brillo
que florece y es un túnel
horadando los espacios,
en su piel están formándose
pupilas que se palpan
——–y se ven;
más allá del horizonte son las flores
encendiéndose, es la luz
que se despliega por el mundo
y se convierte en día;
a lo lejos
van moviéndose los cuerpos
que se alzan como un último paisaje
todavía en formación:
desdoblan sus rodillas,
se levantan tambaleantes,
y sus rostros y sus lenguas
son las llagas de la luz
y la explosión de quemaduras
——–que terminan con la noche;
cesa el zumbido
de tiniebla en el espacio,
cesa el grillo y cesa el mar:
de ahora en adelante los crujidos
de una hoguera que se enciende,
el crepitar de plumas luminosas
——–y ascendentes;
la noche huye, se hace añicos
y se marcha, escondiendo
sus fragmentos bajo el párpado
de todas las preguntas, entre
el puño del origen olvidado,
en el pecho de las piedras
———sin memoria;
reunión de chispas está alzándose
en el horizonte y lo fractura:
es el sol, su incendio y su capullo
de miradas amarillas; es la luz,
el blanco y el celeste
que se fincan en el cielo
———y lo iluminan.
flota impalpable y misteriosa bruma
entre la superficie de la tierra
que se eleva y la absoluta
oscuridad del cielo negro;
están midiéndose
los ángulos del mundo, están
fijándose los cuerpos y las cosas:
queda el mar como memoria
en movimiento, queda el aire
como tumba y queda
el horizonte como herida;
todavía hay oquedades que
imaginan nombres y volutas,
todavía canta el líquido y
el aire está cubriéndose
de polvo y de ceniza;
los paisajes tienen piel y
tienen marcas de la noche
que los forma, del desdoble y
aguacero, de la infinitud del mar
y de los nombres;
los paisajes van llenándose
de plumas y latido y transparencias,
se iluminan ya las nubes
y se marchan con su lengua
que es fulgor y tacto deslizándose
sobre la tibieza de las formas;
está la bruma y lentamente se dispersa,
están los cuerpos y las flores
cobijándose en los pliegues del silencio,
está la vida y la quietud que espera,
pero aún no existen luces:
———es la noche
presintiendo su caída,
es el lenguaje de neblinas
que se alejan, es
el balbuceo y el zumbido
de los ruidos que se rompen,
mientras los grillos cantan, cantan
——–todavía. |