Ficha elaborada por: Gabriela María Scheel Thomae,Quinto Bachillerato, 2015, Colegio Internacional Montessori, Guatemala.
Nombre completo Luz Méndez de la Vega

Nacimiento

Retalhuleu, Guatemala, 2 de septiembre de 1919

Deceso

Guatemala, 8 de marzo de 2012

Información biográfica

Investigadora, poeta y periodista feminista en Guatemala. Fue hija de José Méndez Valle y Susana de la Vega. Tuvo un hermano científico llamado José Méndez. Estuvo casada con Alfonso Asturias, con quién tenía una vida acomodada y tres hijos : Coralia, Sonia y Rodolfo. Durante su vida, viajó alrededor del mundo; incluyendo el norte de África y Europa. Mientras estuvo casada, vivió en España durante un año mientras estudiaba un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Al divorciarse, rompió con los estándares de la sociedad por dejar a un lado una vida cómoda y dedicarse a su pasión: promover el feminismo. Escribía, en el periódico La Hora, un suplemento cultural que daba a conocer exposiciones y eventos culturales de todo el país. Fue catedrática en la Universidad de San Carlos. Actualmente existe una fundación en su honor, llamada Fundación Luz Méndez de la Vega, cuyo propósito es proteger y divulgar su obra y promover escritoras nuevas. En abril de 2015, se publicó de forma póstuma el libro Fragile como l´amore traducido al italiano de su último libro Frágil como el amor.

Información académica

Luz Méndez de la Vega estudió una Licenciatura en letras y filosofìa y un Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Perteneció a la Académica Guatemalteca de la Lengua correspondiente de la Real Academia Española.

Información profesional

Ganó el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en 1994. Recibió la Medalla Pablo Neruda otorgado por Chile en 2004, el cual solo se le dio a 100 personas en todo el mundo.

Libros publicados

Título

Año

Editorial

País

Género

Flor de varia poesía

   

Guatemala

Poesía

Eva sin Dios

 

 

Guatemala

Poesía

Tríptico

 

 

Guatemala

Poesía

De las palabras y la sombra

 

 

Guatemala

Poesía

Poetisas desmitificadoras guatemaltecas

1884

Tipografìa Nacional

Guatemala

Poesía

Tres rostros de mujer en soledad: monólogos importunos 1991 Artemis Guatemala Teatro

Helénicas

1998

Artemis

Guatemala

Poesía

Toque de queda

1999

Artemis

Guatemala

Poesía

Antología poética

2006

Artemis

Guatemala

Poesía

La amada perseguida, Sor Juana de Maldonado y Paz 2002 Universidad Rafael Landívar Guatemala Ensayo
Lígera y diáfana 2012 Cultura Guatemala Poesía

Saint-Exùpery: secretos de amor y de guerra en El Principito

2013

Editorial Universtaria

Guatemala

Ensayo

Obra

Emoción de Panema
(Tomado de: Flor de varia poesía)

Abro los ojos: Te escapas.
Cierro los ojos: Regresas
Hecha de bruma y distancia
Y del metal de los sueños,
Fluida, hialina… en el ápice
En que el ojo se hace espíritu
Y la gloria, certidumbre.

¿Por qué, visión si no existes
Dejó su molde tu beso
En la línea de mi boca?
¿Fugitiva? Entre mis brazos quedó el molde de tu ausencia,
Y un eco tenue, tan dulce
Como el éxtasis del agua
Cuando la viola algún pájaro
O como luz de esos astros
Tan remotos que se duda
Si existen o los  soñamos
Temblando por no apagarse.
Eco de voz, sub-oída
Como una espuma de música,
Desnuda… pura… tan frágil
(en el sueño
Niñita recién nacida)

¡Y tan tremenda en mi vida!
¡Aquella espuma de música,
Aquel trino para siempre
Ya enjaulado en mi memoria!

 

La casa inconclusa
(Tomado de:  Flor de varia poesía)

Tengo en Bulbuxyá una casa,
Una casa que nunca termino
Por más que mi vida pasa.
Mi casa es como un camino
Sin término, sin destio.
¡Gracias de mi casa trunca!
Casa piedra que levanto
Es un protoplasma vivo
Para el puso de mi cando
Y, si algún  muro derribo,
Ese muro,
Para mi vuelo, era oscuro.
Dobolo ventanas y puertas
Que siempre ríen abiertas
A lo que pasa o que sube
-pluma, estrella, viento o nube-.
¡Oh, encanto inconcluso!
Mi casa sin terminar.
Siempre cambiándose, pero
La misma siempre. Lindero
Móvil. Elástico muro
Como es el muro del mar.
Mis puertas sin cerradura.
Mi clausura sin clausura.
Mi casa si terminar.
Mi atalaya y mi santuario
Con el ama siempre alerta
A los adventicio, de suerte
Que no sea necesario
Que toque, al entrar, la muerte.

 

Indio
(Tomado de: Flor de varia poesía)

Indio, ritmo primario.
Protoplasma de la raza.
Levadura
De amargura
Sangrando líricamente
Sobre todo un continen.

Indio mulcentenario
Y ya madura de historia
Cuando Europa,
Aún con la cáscara tierna,
Salía de la caverna.

Carne con sed de ternura
Y frío de sepultura
Cuando el miasma entre las venas
Le revienta en calentura.
¡Ay, la marisma palúdica
Y el rancho sobre el pantano!

Carne con sed y con frío.
Carne sórdida y demente.
Carne con el desvarío
De la tierra caliente.
Carne prieta y carcomida
Por la mugre y el gusano.

Indio hermano,
Sonámbulo de aguardiente,
Con el machete en la mano
Y el mecapal en la frente.

Al espíritu y al grito
De tu soberbio ancestral
De tu acestral irrestricto
Se le pudrió la raíz
Con eructos de maíz
Y sones de chirimía.

A tu recóndito zumo,
A tu ritmo elemental,
A tu esencia sutil
Le dieron zurda pendencia
Y le apagaron su grito.
Hoy, indio, ya tu perfil sólo está en los monolitos.

Vas por una encrucijada
Del Destino.
Atrás, no te queda nada
Y, adelante, las mesnada
-encomendero y ladino-
Te taparon el camino.
Indio, Indio. Gloria yerta
De ayer. Sin hoy. Sin mañana.

Indio:
Eres una herida abierta
En la conciencia americana.

 

Campana de la finca
(Tomado de: Flor de varia poesía)

Campana.
Primer pájaro del alba
Despabilando el último
Sueño de peonada.

Dan Dan. Campana.
Nodriza de la finca y capitana.
Ducha de plata. Tu son
Salta como un borbollón
De agua lírica que mana
Para llenarle el pulmón
De música a la mañana.

O como un potro sin rienda
Que soslaya el botalón
Para tragarse la hacienda.

Son de campana: son de campana obrera y capitana.
Tutriz de la faena
Y atalaya del monte,
Con la boca de la hacienda
Y la lengua en el horizonte.

Arenga itineraria,
Latigazo musical
Que alarga un eco feufal
En la sinfonía agraria.

 

Tristeza del domingo
(Tomado de: Flor de Varia Poesía)

Todas la cosas tristes
Caben en el bostezo sin fondo del domingo.
En la ciudad instala su comarca el silencio
Y en las calles vacías deambula, solo, el tedio,
O se mete a los bares
por salpicar de olvido la sed de los borrachos.
Las sombras de las cosas se estiran y adelgazan
Como duendes con sueño que apetecen la noche.
No hay tristeza más larga que un domingo  en la tarde.
Domingo de las cárceles y de los hospitales.
Solamente los locos no saben que es domingo.
¡Oh , ciudad dominguera de comercios cerrados,
Qué domingos mentidos
Para tus magros odios, oh, irredento burgués!
Mañana, otra vez lunes y otra vez a tu noria,
Que tu insípida vida
Es como un calcetín que todos los domingos,
Al socaire del campo, lavas para ponerlo
A secarse al revés.

 

Crítica

Frágil como el amor de Luz Méndez de la Vega
El mes pasado, la escritora Luz Méndez de la Vega, Premio Nacional de Literatura en 1994, publicó su poemario Frágil como el amor, con la casa Artemis Edinter.

Este libro da inicio como un homenaje a Pablo Neruda, poeta chileno al cual Méndez de la Vega muestra su admiración en las "Palabras previas" de esta publicación.

En el 2004, el entonces presidente de Chile, Ricardo Lagos, condecoró a la autora de este poemario con la Medalla Presidencial Conmemorativa del Centenario del Nacimiento de Pablo Neruda. Con base en ese evento, Luz Méndez escribió un poema, y pronto se dio cuenta que podía escribir un libro completo.

Debo decir que el libro no es una imitación nerudiana, ni nada por el estilo; está dedicado al poeta chileno, pero la poesía ha escrita es únicamente de Luz Méndez, de su sentir poético y de su realidad, si es que puedo atreverme a asignarle un matiz personalísimo a esos poemas.

Para Luz, quien se ha caracterizado por su incansable actividad en las letras, pudo haber escrito un ensayo o una crítica sobre Neruda, un artículo o hasta una obra de teatro, debido a que tiene la habilidad de ejercer todos esos ámbitos. Sin embargo, optó por la poesía, ya que, como continúa diciendo en las "Palabras previas", este género ha perdido espacio de publicación, a favor de la prosa; probablemente, la narrativa sea preferida hoy día por el lector, ya que es mucho más comprensible, más digerible y más impactante.

Pero sería contradictorio, también, establecer un homenaje a Neruda, ya que fue él -junto a César Vallejo- quien le otorgó a la poesía en español ese carácter coloquial, libre y ágil, y, sobre todo, de reconocer que en nuestro lenguaje cotidiano, en nuestro alrededor, existe la poesía.

Ésa, tal vez, es la intención de Luz Méndez de la Vega con Frágil como el amor, quien, como ya advertí, no imita a Neruda, sino que parte de esta tesis original, de reconocer la poesía en la cotidianidad.

Por ello, también me atreví a decir que este poemario representa la cotidianidad emocional y poética de esta escritora guatemalteca.

Dividido en cuatro grandes apartados, Luz Méndez retoma cuatro grandes temas de la poesía nerudiana y en general: el recuerdo, el testimonio, el tiempo y la trascendencia. Como se reconocerá en esta agrupación temática, son elementos que forman parte de una experiencia poética de madurez, es decir, que, pasados los años, un poeta es capaz de mirar atrás y establecer diferencias entre el ayer y hoy.

Muy al contrario es la experiencia poética de un joven, que le canta al momento fugaz y a la incertidumbre del porvenir. La obra poética de madurez pareciera un encuentro cercano con la hermana muerte, y caminando de su mano se lanzan a reflexionar sobre la vida. Estas conversaciones, que luego se han de transformar en poemas, tienden a lo filosófico, a lo trascendental y a saberse, por fin, humanos que hoy son y mañana no.

En el primer aparatado, titulado "Huellas en la arena", la imagen expresa que las pisadas, por ejemplo en la playa, por muy fuertes que sean, siempre están expuestas a las olas del mar, que, sin importar de quién son las huellas, las borra.

Por nuestro caminar por la vida, vamos dejando huellas, ya sean de impacto positivo o negativo; según las huellas que dejemos, seremos recordados para bien o para mal. Sin embargo, las huellas son marcas pasadas, de lo que fuimos y hoy, probablemente, ya no somos.

Las huellas marcan el camino que recorrimos, pero también apuntan, en recorrido inverso, hacia los objetos y personas de las que huimos. En la experiencia poética de la madurez, ya no importa hacia quién o hacia dónde vamos, sino de dónde venimos.

El segundo apartado, "Testimonios", es el reconocimiento del sí mismo hoy, y que inevitablemente se tiende a comparar a lo que fuimos ayer, y darse cuenta que ya no somos los de antes.

En este apartado, a mi gusto, se encuentran los poemas más memorables de este libro, como "Testimonios", homónimo a la sección, en donde la poeta se da cuenta que los testimonios de ayer, ya no le pertenecen, porque la que fue ayer, no es la misma de hoy. "Más fieles que nosotros / ¡tercas! / las palabras y las cosas / no olvidan, y vueltas / tierno testimonio, / hablan de ese tiempo que / -tú y yo- / irrevocablemente / expatriamos / del álbum de fotografías".

Otro poema, "Urbana", la poeta se compara con una casa, construida con fuertes cimientos y que mantiene su fachada intacta. Sin embargo, la casa donde ocurrieron tantas cosas ayer, no logró capturar a las personas. "¡Iguales! ¡tan iguales!: / la tapia, la buganvilla, el durazno y la casa / confundiendo calendarios, / detenidos en su ayer, / aunque, al igual que yo, / ya no son / los mismos de antes."

La tercera sección, "Relojes y calendarios", abordan el tema del tiempo y la temporalidad. El tiempo es eterno y no tiene una medida humana, ya que la vida pasa y se detiene y, como decía Gardel, ¡qué son veinte años!, cuando nos damos cuenta que el mundo es eterno. La temporalidad, en cambio, sí es humana, ya que nos esforzamos por medir algo eterno, a través de nuestra limitada vida. Para medir lo eterno, nos valemos de relojes, que marcan los segundos y las horas, y los calendarios, que marcan meses y días, para apropiarnos de algo que no es nuestro y que nunca podemos atrapar, inevitablemente.

La última sección, "Claroscuros", es una especie de testamento poético, ante esta que es una larga experiencia de madurez. En "Carta botella a Pablo Neruda", se establece una especie de arte poética de Luz Méndez de la Vega, basándose en las propuestas del poeta chileno.

Pero, más suya, en "Epílogo", la poeta da cuenta del porqué es importante dejar el testimonio, dejar documentos que testifiquen nuestro paso por el mundo, a pesar de que nuestra existencia es efímera y fugaz: "A los que vienen detrás / y borran con sus pasos / nuestras huellas, / nuestras voces, / y nuestros nombres, les recuerdo: // que este mundo / ha sido nuestro / y antes / de otros, / y de otros / y de otros infinitos / olvidados nombres".

Mario Cordero

 

Luz Méndez de la Vega es una inspiración para muchas mujeres, ya que sin importar qué, luchó por sus sueños de ser una escritora feminista, siempre defendiendo a las mujeres. En su poesía, resalta mucho a la mujer, no dejándola como un objeto secundario y tratando de terminar con el machismo.

Fuentes

Fuentes:

Anónimo. (12 de septiembre de 2004). De Guate. Obtenido de http://www.deguate.com/artman/publish/personajes_escritores/Luz_M_ndez_de_la_Vega_721.shtml#.VM-6q2iG91Y

Mario Cordero (8 de septiembre de 2008). Duario Paranoico. Obtenido de http://diarioparanoico.blogspot.com/2008/09/frgil-como-el-amor-de-luz-mndez-de-la.html
Mérida, R. (2013). Círculo Cultural de Poetas Latinos. Obtenido de http://circuloculturalpoetaslatinos.bligoo.es/semblanza-de-grandes-poetisas-guatemaltecas
Vega, L. M. (1978). Flor de Varía Poesía. Guatemala: Jose de Pineda Ibarra.

Asturias, C. (2 de marzo de 2015). Biografía Luz Méndez de la Vega. (G. Scheel, Entrevistador)