MARATÓN ESCÉNICA:
VIVIR EL TEATRO EN UNA SOLA NOCHE
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Por: Jessie Alvarez |
En el contexto del Festival de Cultura Montessori, durante la semana del 22 al 27 de septiembre en Cayalá, el Departamento de Español de Secundaria organizó por segundo año consecutivo la Maratón escénica. Esta actividad tiene por objetivo que se presenten a todo el público tres de las obras mejor llevadas a escena durante el Festival de teatro Montessori; así, en este año, se pusieron en escena Prohibido suicidarse en primavera del español Alejandro Casona, No soy solo una rosa blanca de Andrea Argüello y Corazón ausente de Alejandra Bonilla, estas dos últimas alumnos de Cuarto Bachillerato.
La noche del miércoles 23 de septiembre fue mágica, no solo para el público, sino también para los alumnos, quienes llevaban meses de preparación y ansiaban subir al escenario de Cayalá para compartir esos nuevos que fueron capaces de articular, diseñar, imaginar, montar y llevar a escena: fueron creadores de un universo propio, donde la realidad estuvo limitada únicamente por su imaginación, que ─como sabemos─ no tiene límite.
La Maratón escénica empezó, para el público, a las cinco de la tarde, pero para los alumnos había iniciado varios meses antes, cuando se les presentó el programa de teatro y empezaron el recorrido que los llevó al Festival de teatro Montessori, que se llevó a cabo en la semana del 27 al 31 de julio en el auditorio El Mirador, en el colegio. Ese miércoles fue distinto para los alumnos de Segundo Básico D y Cuarto Bachillerato D, pues rompieron con su rutina escolar: un bus del colegio los llevó a las 12:30 a Cayalá, donde los casi 50 integrantes de los tres grupos teatrales compartieron un almuerzo financiado por el Consejo Estudiantil. Luego, vivieron una intensa jornada de ensayos y pruebas de sonido y vestuario. Al fin, dieron las cinco de la tarde y las realidades paralelas del teatro giraron para que empezara el espectáculo.
La primera obra en presentarse fue Prohibido suicidarse en primavera, que fue muy bien actuada por los estudiantes de Segundo Básico D, quienes sorprendieron en julio cuando deleitaron con una obra magistralmente puesta en escena. Hubo risas por doquier. A continuación, fue el turno para No soy solo una rosa blanca, una propuesta de teatro pobre y existencialista que cuestiona la esencia misma del ser humano: el primer grupo de Cuarto D hizo que sus parlamentos soltarán las lágrimas del público, especialmente en la espectacular última escena, una serie de soliloquios en la oscuridad completa acompañados únicamente por pequeñas velas. Por último, Corazón ausente trajo risas y llanto, un verdadero viaje por la ciudad de las emociones que concluyó con una profunda reflexión acerca de la responsabilidad de las acciones de una persona en la construcción (o destrucción) del destino de la comunidad y sus habitantes.
Sin lugar a dudas, el público, aunque sabía que la Maratón escénica era una actividad de arte en su estado puro, no esperaba que tantas emociones florecieran en tan poco tiempo a través del teatro. Ahora, nos queda prepararnos para la Maratón escénica 2016, cuando de nuevo viviremos el teatro junto con ustedes.
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